Cabeza positiva
¿Esto se sentía no sufrir un resultado? Vélez le ganó a Colón –y ojo, porque es uno de los rivales que va a estar peleando la zona baja la temporada que viene– con un resultado cómodo y un primer tiempo que hacía mucho no se veía.
Es que en esa primera mitad, El Fortín acumuló varias chances de gol, cosa que no sucedía hace tiempo. Lo más importante es que se ganó, y bien. Y que se tendrá que terminar el torneo lo más alto posible, consiguiendo triunfos en los dos partidos que restan, para arrancar la temporada que viene con la mayor cantidad de puntos posible y con un colchón que nos permita estar más tranquilos.
Por lo pronto, esta racha sirve para estar cada vez más arriba en el torneo pero, aunque nos duela el corazón, no hay que engañar a la cabeza y hay que saber que estos puntos sirven para no estar con la soga tan al cuello y respirar. Aún con la incertidumbre de qué pasará con el próximo torneo y en el limbo que existe entre AFA y la ya tan mencionada Súper Liga, está Vélez tratando de hacer caso omiso a lo que está sucediendo y sacando puntos que lo mantengan tranquilo.
Sin dudas, el que viene, será un torneo donde los dientes estarán apretados y la cabeza estará puesta en la tabla de abajo. Mientras, el equipo de Bassedas tendrá que moldear una idea que respete a la institución y sepa conformar al hincha. El sábado ante Colón ya se percibió algo desde el vestuario: dos puntas y la presión bien alta. No es un dato menor, porque Pavone había jugado solito arriba en la primera parte del campeonato y, cuando se lesionó, Bassedas fue rotando con Romero, Stelcaldo, y Servetto. Pero siempre solitarios.
Esta vez, Pavone acompañó a Romero, y Romero a Pavone, y ante un endeble Colón se logró un juego ofensivo, sobre todo en la primera parte. Vélez ganó bien, más allá de que el segundo tiempo no tuvo un buen rendimiento. Lo bueno, es que hizo “clink caja” y mandó a guardar las dos que tuvo. Sin dudas, una de las cosas más rescatables es el regreso de Pavone, que cambió el juego de El Fortín.
El Tanque se convirtió en un jugador clave para este equipo y la gente se lo hizo saber: la ovación hacía él cuando se retiró, se hizo sentir en el Amalfitani. Un estadio que volvió a sonreír gracias al hincha que se acercó y alentó, y que se fue satisfecho con lo que hizo el equipo.
Es importante que la gente le contagie el espíritu al equipo y lo aliente, siempre pensando en positivo. Porque ahí puede estar una de las claves del momento de Vélez: cambiar incertidumbre y negativismo por una cabeza que piense en positivo, y que en la atmósfera del Amalfitani se vuelva a sentir ese no sé qué que te dice que todo va a estar bien.