Desde La Tribuna vs. Talleres
Cada vez más cerca del abismo
Vélez una vez más volvió a jugar mal y cayó derrotado frente a Talleres en el estadio José Amalfitani. El público de El Fortín repudió la actuación del equipo y lo despidió con insultos.
Fabián Assman por tercer partido consecutivo fue el arquero del equipo y tuvo mucho trabajo, ya que Talleres por medio de sus veloces contraataques llegó mucho a su área.
La defensa no logró estar en buen nivel y en la mayoría de las acciones, llegaba a destiempo en las jugadas. Fausto Grillo quedó muy solo al momento de proyectarse, ya que no tuvo socios; siendo el más aplaudido por el público presente. Maximiliano Caire ocupó la banda derecha y como contra Banfield, nuevamente desarrolló un mal rendimiento, no estando seguro cuando decidió subir a la mitad de la cancha, donde tampoco se conectó con los mediocampistas. Los centrales fueron Fabián Cubero y Cristián Nasuti, ambos muy lentos en la marcas y muy desordenados. Cubero en la jugada del primer gol, fue superado categóricamente por Menéndez, quien por detrás de su espalda lo paso en velocidad y lo dejó en el camino.
El mediocampo fue un total desorden. Sin sociedades, totalmente dubitativo y con errores garrafales. El punto más bajo fue Héctor Canteros, quien no generó juego, estando muy estático en la mitad de la cancha y cometiendo un grave error en el primer gol. A su lado estuvo Leandro Somoza, sin solidez en la contención y mal en sus pases, los cuales costaron que lleguen a destino. Diego Zabala jugó incómodo y no encontró espacios dentro de la cancha, por lo que no logró asociarse con los delanteros. Gonzalo Díaz, quien se posicionó por izquierda, cometió los mismo errores que viene cometiendo en los últimos partidos, comenzando jugadas sin lograrlas desarrollar con éxito.
En la delantera «Coco» Correa fue titular. Se lo vio activo en la primera etapa, logrando por momentos dinamismo e intentando tomar la iniciativa. No fue acompañado por sus compañeros en sus jugadas; ya en el segundo tiempo, estuvo muy apagado. Hernán Barcos volvió a ser la gran referencia en la ofensiva, bajando a recuperar pelotas, moviéndose en velocidad dentro del área e intentando desequilibrar. Ambos delanteros no fueron abastecidos como necesitaban y eso llevó a que fueran muy pocas las chances de gol que generó Vélez en todo el partido.
Omar De Felippe realizó los tres cambios. Los dos primeros fueron en simultáneo con los ingresos de Fabricio Alvarenga y Flavio Durán por “Coco” Correa y Héctor Canteros. Alvarenga quedó en soledad por la banda derecha, ya que en todo intento de avanzar por la banda, no encontraba a ningún compañero para conectarse. Durán jugó con dinamismo, moviéndose mucho por el área e intentando imponerse frente a sus rivales; al no llegarle la pelota, no generó situaciones. Por último, se produjo el ingreso de Maximiliano Romero por Diego Zabala, buscando de esa forma reforzar al equipo en ofensiva e ir en busca del empate, el cual nunca llegó y que mucho le costó intentar conseguir a El Fortín.
Talleres superó ampliamente a Vélez en velocidad. Cada contraataque era un dolor de cabeza para la defensa de El Fortín. Algo para destacar en el conjunto cordobés fue la tarea realizada por Pablo Guiñazú (38 años), quien demostró que a su edad, puede jugar al fútbol y hacerlo en gran nivel. Algo realmente para pensar…
La imagen que dejó Vélez no solo nuevamente preocupa, sino que cada vez preocupa más. El equipo no posee funcionamiento, juega totalmente desordenado, sin conexiones, con poco juego y muy estático. También se pudo apreciar que los jugadores psicológicamente, no pasan un buen momento.
Esta actualidad preocupa y es un mar de dudas. Vélez se encuentra en un lugar del que no logra salir. El puesto 29 en la tabla, sumado a los promedios y los pocos puntos obtenidos en el torneo, hacen que todo momento malo se acreciente aún más.
Será una larga semana de entrenamiento, en la cual Omar De Felippe deberá trabajar arduamente en la elaboración del equipo que enfrentará el próximo sábado a San Martín de San Juan en condición de visitantes. El margen de error cada vez es menor y prácticamente no existe.